LA GRAN VIDA
Oscuro siervo del océano
Encadenado al sol de un barco
Limpiaba el plato de la noche
Fregaba el piso de los mástiles
Moraba en mi cueva violenta
Con el trueno sobre las bordas
Pulía el hierro del navío
En tareas sin esperanza
De noche se oían tan lejos
El hervor de duras espumas
Los verdes perros de los náufragos
Entre los dientes de la hélice
Mundo del mar lleno de zarpas
¡Aguas eternas de la tierra!
Los tripulantes insaciables
Con la boca fosforescente
Mundo de dioses que crepitan
Estrellados contra las rocas
Y el largo grito del abismo
En la bodega de las olas
El olor sangriento del trópico
Flores feroces con cardúmenes
El velamen del Barco Ebrio
Y las rojas manos del cielo
Golpeando mi pecho y mi boca
Nutrido por el pan de las nubes
Por el sordo fuego del viaje
Entonces surgían los hechizos
Entre las grietas del olvido
Antiguas cabezas desiertas
Que mi corazón resucita
El vaso de agua de las colinas
La virginidad de una planta
La luz de mi madre al servirme
Aquella sopa de Galilea
El sumiso olor de la hierba
Tan remoto como el marfil
Tan fugitivo como un pájaro
En el puro orgasmo del viento
Y alguna mujer de otro siglo
Sobre la almohada de la niebla
Labrando en sueños su amuleto
Hecho sólo de una sonrisa
¿Qué querían de mí esas aguas
Esas rapiñas infinitas?
El mar pasaba por mis ojos
Por mi sal de llanto y de barco
Pero entonces me defendían
Tantos rostros de nuevo abierto
Viejos lugares que sangraban
A través de todas las vendas
Objetos usados antaño
Una naranja del camino
Un anzuelo con el silencio
Un duro náufrago en un libro
Enfermedades con la lluvia
Un loro vende un patio rojo
Pero sin peso como el día
En el brillo de una sonrisa
Y los pantanos deslumbrantes
Llenos de sangre de tormentas
La informe máscara del viento
Con verdes alas de violencia
Un cielo ardiente un árbol sin
nubes
Un niño infiel un fuego inocente
Un pan errante una cabeza al sol
Un país ávido como una mano
Lo inmenso en la tierra desnuda
Y las gentes imaginarias
En vagos ranchos entre esteros
Alrededor de las fogatas
Y las estibas los caballos
Los peones las fiestas los campos
¡Todo el vasto mundo que cabe
Bajo el ala libre de un pájaro!
Mi alma tomaba a viejas cosas
A la sombra de los bananos
Seres cálidos me circundaban
Entre la gloria del oleaje
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