LA NIEBLA
Una ciudad que se evapora
Con desolados ojos de algas
Ciudad sin hombres y sin límites
En el perfume gris del alba
Una pradera estrangulada
En un dulce crimen de vaho
Una barca de viejos remos
Una red de extraños pescados
No hay más que lentas lejanías
Con un fardo de musgo al hombro
No hay más que rostros bajo el agua
Miradas pálidas sin fondo
Plantaciones a la deriva
Viejas casas blancas de frío
Bajo un gallo muerto y mojado
Como una lámpara aterida
Bebía el filtro de la niebla
Tocaba su frente y sus pechos
Me cubría su leve máscara
De prisionero del silencio
Adoraba su luz de vendas
Llena de cosas inconclusas
Una mujer de humo desnuda
Devorada por las medusas
¡Tantas olas como recuerdos!
¡Tantas formas bajo su sábana
El conjuro de la memoria
Con su hoguera paralizada
Un vino absorto una substancia
De travesía y desaliento
Su indecisa cara amarilla
En la linterna de los muertos
Mutaciones que se desatan
Y mezclan la luna y la lluvia
Para cubrir un mundo errante
Con pálidos techos de plumas
Es un goteante tren sin ruido
Sin fuego sin peso sin nadie
Envuelto en hiedras infinitas
En la mirada del paisaje
Alta espiral trono de insomnio
Con los andrajos de la espuma
Hotel del lago del suicidio
Dormitorio de seda húmeda
Como una herida tras la gasa
La ciudad en su funda lívida
Con sus calles iluminadas
Por esa lámpara de anguilas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario